Las Cartas a los Tesalonicenses proveen un vistazo de Pablo, como misionero y pastor. Lo encontramos estableciendo en corto tiempo una Iglesia, y en continua oración. Siempre estuvo maravillado con el progreso de esta congregación pero también preocupado por los convertidos. Así que proclamaba fielmente el evangelio; exhortándolos, guiandolos, enseñándoles, amándolos para que llevaran al máximo: su crecimiento, desarrollo, ministerio y madurez. El tema principal de estas cartas es: “El Regreso de Cristo” a prepararse a pesar de la gran adversidad y persecución que sufrían. Ambas cartas también enfatizan en las responsabilidades del creyente para el presente; Pablo nos ha dejado principios para ayudarnos a vivir vidas que agraden a Dios, para evaluar nuestras vidas, y para impulsarnos a colaborar aún más en el Reino de Dios.