Día 25 – Sana mi casa
Una de las mayores oraciones que todo padre tenemos es el pedir a Dios que bendiga nuestra casa, nuestra familia, matrimonio, hijos etc. Esto se debe a que todo padre quiere lo mejor para sus hijos y su familia y cuando un padre reconoce que es Dios quien puede y tiene la habilidad de bendecir, sanar, prosperar a aquellos que amamos, se nos hace fácil el que nuestras oraciones sean en esa dirección. Sin embargo mas que pedir a Dios que bendiga nuestra familia, hogar etc., debemos orar que Dios trate con nuestro propio corazón, que nos ayude a vivir una vida de humildad, una vida de devoción, una vida de arrepentimiento, una vida de santidad y de búsqueda de Dios. Cuando vivimos una vida de esta forma esto atrae la bendición de Dios a nuestras vidas, familia, hogar y todo lo que tiene que ver con nuestras vidas y todo lo que amamos.
Por eso es que nuestra función principal en oración debe ser que Dios trate con nuestros propios corazones, que Dios nos ayude a ser el ejemplo que mis hijos quieran imitar, que Dios nos ayude a mostrar que Jesús es nuestro Señor y Salvador, que Dios nos ayude a que seamos un canal de bendición para nuestra descendencia. Cuando un hogar tiene un padre y una madre que aman a Dios, ese hogar tiene mejores y mayores propabilidades de ser un hogar de bendición. Por eso es que pida a Dios en oración que le ayude a ser el mejor ejemplo para su generación.
Lea y medite en esta Escritura:
2 Crónicas 7: 14 – 15 ¨14 pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra. 15 Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a cada oración que se eleve en este lugar¨.
Escriba en su cuaderno de oración:
¿Que le dijo Dios?
¿Que le dijo usted a Dios? o ¿Que compromiso hizo con Dios?
Ore con esto en mente:
En este día pida a Dios que le revele las áreas con las que tiene que trabajar en su corazón que le estorban para vivir una vida de devoción, humildad, de total devoción a Dios y una vez que Dios le revele estas áreas, tome el tiempo para arrepentirse y comprometerse a renunciar a ellas, para que Dios le perdone y restaure toda su casa y su familia.
